Cómo hemos cambiado

Hace poco escuchaba a un amigo responder a la pregunta de “cuántos años tienes” con un “prefiero no responder” y me quedé pensando en las tantas veces que he notado la resistencia al cambio del ser humano.

Yo tengo 43 y hoy no me cuesta decirlo, aunque reconozco que mi transición a los 40 no ha sido nada fácil. Me preguntaba ¿y ahora que toca? ¿lo que hice hasta ahora es lo que yo quería? ¿ya soy demasiado mayor para esto o para lo otro?

En definitiva, me hacía un sinfín de preguntas, y reconozco que para muchas de ellas aun no tengo respuesta, pero me di cuenta de que una transición necesita una aceptación, que lleva consigo una adaptación, y que bien entendida, nos puede llevar al disfrute de la nueva realidad.

Esta reflexión personal, se refleja también en mi experiencia profesional.

Empecé a trabajar en publicidad en diciembre de 1999, en un momento en el que cada día recibía invitación para la inauguración de una nueva .com…

Imaginad lo que era, para un chaval de 22 años, empezar a trabajar en un sitio en el que cada día lo invitan a una fiesta, sentía que no podía ser más afortunado, pero en breve la burbuja explotó, y conocí la realidad de multimillonarios y de otros que se hundieron con todo.

Yo no estaba preparado ni para hacerme rico, ni para hacerme pobre, simplemente la vi pasar. Aquello me ayudó ya desde pronto a ser consciente de los cambios y retos profesionales que una transición conlleva, y de la importancia de cómo afrontarla.

Cambios de consumo en 2020

2020 está siendo otro de estos momentos de transición, en el que una pandemia ha cambiado nuestros hábitos de consumo y nuestra manera de comunicarnos.

De nuevo, veo compañías que se están haciendo de oro y otras que no saben cómo salir a flote, y es interesante ver como unas y otras lo están manejando.

Desde Normmal, agencia de publicidad independiente, estamos trabajando por ejemplo con empresas del sector del turismo para enfrentar una nueva realidad complicada para ellos y con compañías de tecnología, a explotar su momento su gloria.

Y es que sabemos que quien entiende al consumidor y su entorno, sabe cómo manejar su oferta y evolucionar con ella.

La tendencia del incremento en consumo de internet ya se estaba dando desde antes de la pandemia, pero no hay duda de que su acogida ha sido acelerada y vemos la importancia que están tomando los productos “Smart” como televisiones (Smart TV’s) o altavoces (Smart Speakers), la compra online, las videoconsolas, o el consumo de entretenimiento y con ello servicios como Spotify, Netflix o Amazon no dejan de crecer su audiencia.

Por poneros un ejemplo, se estima que Spotify en USA crezca su número de oyentes respecto al año pasado en un 23%, con una tendencia progresiva que llega hasta un 30% en 2024.

Pero uno pensaría, lógico, ahora que estamos más tiempo en casa, escuchamos más música. Sin embargo, las estadísticas muestran que a pesar de que su audiencia crece, el tiempo de escucha ha bajado, precisamente porque se ha dejado de escuchar música en el tiempo de desplazamientos.

Los consumos cambian porque el entorno cambia.

Antes de la pandemia, el consumidor era conductor, viajero, social, inversor, y ahora es más conservador con sus inversiones, apenas viaja y su relación está centrada en su entorno más cercano y, a cambio, quiere estar más informado y está más pendiente de las noticias.

Utiliza con más frecuencia las herramientas de mensajería instantánea (WhatsApp, Facebook Messenger, etc.), usa plataformas ecommerce para sus necesidades más primarias (ej. Compra de comida), y busca entretenerse o educarse sentado en su sofá.

Pero cabe mencionar, que estos cambios de consumo, con sus pros y sus contras, no son de igual medida para todos.

Pertenezco a la Generación X, vinculados al nacimiento de la computadora y el correo electrónico, y como los mayores a nosotros (Baby Boomers), somos más reflexivos y a la vez más lentos en nuestra aceptación del cambio que las generaciones más jóvenes.

Las generaciones más jóvenes están más habituados a la inmediatez y el cambio constante, como los Millenials, nacidos con los móviles y las redes sociales o los más pequeños, la Generación Z, que vienen con la base del 3D y la realidad aumentada.

Veremos cómo sigue todo esto, pero está claro que para una marca es clave, ahora más que nunca, entender el cambio que ha sufrido el consumidor y, por tanto, adaptar su producto, servicio y comunicación a la nueva transformación digital.

By Fernando Monedero

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